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Paramos, para pararlos
19 | octubre | 2016Por Claudia Korol:
Un paro de mujeres. Un paro para cuidar de nosotras mismas, para defender y cuidar nuestras vidas, para hacernos visibles en la historia. Un paro de las sobrevivientes de todas las muertes, de todas las negaciones, de todos los golpes. Un grito que rompe el silencio. El hartazgo de que pretendan detenernos así, a pura muerte, a puro feroz asesinato. Un paro que rápidamente se ha vuelto revuelta, insurgencia, rebeldía, de mujeres, de lesbianas, de travestis, de trans. Las amenazadas desde siempre por la violencia patriarcal y por la héteronorma, aquí estamos, paradas, parando.
Llenamos las calles vestidas de luto. Estamos vestidas con el color de nuestras ancestras rebeldes, que resistieron a todas las esclavitudes. Nuestra rabia es negra, como la de las mujeres que nos enseñaron la lucha por la libertad. Nuestra rabia se extiende como mancha en forma de ya basta. Un paro que se multiplica y se dispara, como cuando pateamos un avispero. Si nos patean, respondemos. Lucía somos todas. Si nos golpean, salimos en bandada. Estamos aprendiendo a volar.
Si no paran de matarnos, paramos. Hoy una hora. Mañana dos, tres, las que sean necesarias. ¿Cómo será cuando paremos el mundo hasta que caiga el patriarcado con sus miserias y su violencia?
Claro. No es mágico. El patriarcado tiene tantos rostros y tantos modos de violentarnos, que tendremos que ensayar muchas maneras de enfrentarlo. No podemos hacerlo de a una. Porque de a una nos van matando. Y no alcanza con parar un golpe. No alcanza con tomar distancia del asesino, del violento, del maltratador. No alcanza con los refugios, porque las mujeres no podemos vivir refugiadas, clandestinas de nuestra propia vida. Tenemos derecho a andar, a habitar nuestras casas, nuestros territorios, nuestros pueblos, libres y sin miedos.
Un paro que se multiplica, desde nuestra Argentina hasta México. Un paro autoconvocado, con centenares de organizaciones y grupos de mujeres, de travas, de trans, de lesbianas diciendo: ya basta. Porque de tanto andar, marchar, gritar, nos hemos ido reconociendo en un cuerpo colectivo, en el que si hieren a una, si matan a una, nos están golpeando a todas.
Nuestro cuerpo colectivo hoy está de paro. Una hora por nosotras. Porque el resto del tiempo lo vivimos entregando al cuidado de otrxs. Y porque nosotras no somos como los burócratas de la CGT, es paro con movilización. Porque nuestras vidas no las defendemos inmovilizándonos, sino ocupando las calles, feminizando las ciudades, habitando con nuestros gritos, nuestras pintadas, nuestro andar, el espacio público, del que pretenden arrancarnos.
Un paro de mujeres, el primero en el país. Una huella en la historia. Las mujeres, lesbianas, trans, travestis nos paramos frente a la violencia del patriarcado, del capital, de una historia de colonialismo que arrasó desde hace cinco siglos nuestros cuerpos, pretendiendo subordinarnos, disciplinarnos, domesticarnos.
Señores, la obediencia se acabó. Juntas y organizadas, estamos venciendo al miedo. Hoy paramos y nos movilizamos.
Lucía nos duele. Diana nos duele. Nos duele Marcela. Ellas y todas nuestras asesinadas, y todxs las que sufren las violencias como sobrevivientes.
Como nos dijo Audre Lorde, hoy dejamos de ser sobrevivientes. Somos guerreras. Hoy paramos una hora. Mañana las que sean necesarias. Hasta pararlos.