Notas de interés
Encuentro Nacional de Mujeres, la editorial de Aprendiendo a Volar
14 | octubre | 2016Año a año, los Encuentros Nacionales de Mujeres van creciendo, hasta desbordar las fronteras coloniales impuestas a nuestros pueblos. Las luchas feministas se entretejen en una trama donde las rebeldías más hondas y las revoluciones más olvidadas -y las más cercanas- tienen su lugar.
Las feministas populares nos reconocemos en esa marea, y ahí nos pensamos, nos sentimos, nos organizamos. Desde el territorio cuerpo que habitamos, desde los territorios inmediatos que defendemos frente a la «nueva conquista», y desde el continente que somos, en el que nos invisibilizan sistemáticamente, ponemos voces, movimientos y colores a nuestras luchas, sueños, esperanzas.
A contramano de la ofensiva conservadora, patriarcal, fundamentalista, mujeres, lesbianas, travestis, trans, creamos espacios de diálogo y de celebración.
No pensamos los encuentros como escenarios de miniguerras entre aparatos políticos, sindicales, religiosos. No los pensamos como lugares donde se resuelve mágicamente lo que no se hace cotidianamente desde nuestros colectivos. No los pensamos como tribunas para arengas electoralistas. No los pensamos como guerras contra los soldados y soldadas enviadas por las jerarquías de las iglesias. No los pensamos como centros masivos de adoctrinamiento político y de reclutamiento de militantes.
Son encuentros… y los pensamos así. Una trama de múltiples encuentros, algunos de millares de mujeres. 70000 en esta ocasión. Otros íntimos, que se suceden al calor de los abrazos y la alegría puestas en juego.
Pensamos y los sentimos los encuentros como lugares para escuchar, para decir, para sentir, para querer, para creer, para crear, para vivir nuevas relaciones.
Hacer feminismo popular, es intentar un modo de ejercicio de los vínculos no dominado por la violencia, ni por la imposición de decisiones ajenas a nuestras historias y a nuestras vidas como mujeres, es la rebelión frente a la política pragmática, de corto plazo, de la ganancia inmediata.
Hacer feminismo popular, es esforzarnos por no reproducir las fragmentaciones que tantas derrotas nos vienen provocando.
Aprender a volar, en este caso, es saltar sobre los límites de los intereses de grupos, de orgas, de aparatos, de sectas, de movimientos, para armar un gran aquelarre antipatriarcal, que sea realmente eficaz en el enfrentamiento a la violencia patriarcal, capitalista, colonial.
El 31 Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario fue una fiesta. Sentimos el gusto de la energía desplegada, de la convicción de que a pesar de todo, y de todos, les hicimos el encuentro. Sentimos la fuerza de nuestra unidad. Nuestro desafío ahora, será cuidarla. Para eso tendremos, una vez más, que recurrir a la conciencia, a la sensibilidad, a la sororidad, a la inteligencia, y a nuestra memoria feminista que guarda los tesoros de miles de brujas que lograron sobrevivir a las hogueras, y se animaron a nuevos vuelos.
Una vez más, tendremos que aprender a volar, y a volar juntas.