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Como dicen los libros: El pichón de Cristo
29 | febrero | 2016En la sección “Como dicen los libros”, de Gambeta Stereo, recordamos una vez más a Roberto Fontanarrosa con su cuento “El Pichón de Cristo”. Trata sobre un equipo amateur que debe enfrentar a otro conjunto con el cual mantiene una rivalidad particular pero sin su arquero, quien es el mejor jugador, por lo cual deben llamar un suplente que termina siendo figura. Una historia muy similar a la que ocurrió con Ubaldo Fillol en la selección.
El arquero de Argentina predilecto para César Luis Menotti hasta poco antes del Mundial de 1978 había sido Hugo Orlando Gatti. Ídolo en boca, campeón de la Intercontinental en agosto de 1977, se había lastimado en un partido del Metropolitano contra Temperley. Esta situación, sumada a la presión de la prensa por la inclusión de Fillol en el equipo titular, le dio la posibilidad al Pato de atajar durante todo el desarrollo del torneo.
Ese fue el comienzo de algo extraordinario: una vez que logró continuidad fue elegido el mejor arquero de la Copa, se convirtió en un símbolo del equipo y tiempo después sería considerado por muchos el mejor arquero de la Selección de toda la historia. Tanto significado adquirió su nombre para el puesto, que desde el Clausura 2008 se entrega el premio Ubaldo Matildo Fillol al mejor arquero de cada torneo.
Fontanarrosa, quien siempre consigue identificar en sus relatos al argentino futbolero, define al Pacú –quien no puede jugar por una lesión- con la misma sencillez con la que se podemos describir a Gatti: un loco, pero un arquerazo. Al igual que el caso de Hugo, el personaje del Negro había sido figura indiscutible durante la temporada, pero su reemplazante -un muchacho apodado “El Pichón de Cristo” debido a su apariencia física- termina compensando la pérdida con creces, de la misma manera que el Pato en el Mundial. Y también se transforma en héroe del equipo, como no puede ser de otra manera.
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