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Amancay, flor y mariposa
4 | mayo | 2016Por Claudia Korol.
“El coraje de ser mariposa” nos pidió Lohana. Diana tuvo ese coraje. Diana aprendió a volar. Fue muy lindo verla desplegar las alas, y compartir su vuelo por momentos.
Diana Sacayan eligió un nombre de origen quechua para ser nombrada:“Amancay”. Ella colocó en el nombre de la flor amarilla, veteada de rojo, su identidad travesti, indígena, popular. Dicen los indígenas vuriloches, que “quien da una flor de amancay está ofrendando su corazón”.
Muchas veces Diana ofrendó su corazón. Muchas veces llegó con su corazón roto, en la mano, lastimado, golpeado, dolido. Así y todo, siguió volando.
Diana mariposa, Diana luchadora, Diana creadora de nuevos mundos y de nuevos tiempos. Diana dibujando sus alas y transformándose en la persona que quería ser, ni más ni menos. Diana ejerciendo el derecho a decidir sobre su cuerpo. Diana Amancay. Flor y mariposa, soñando un mundo sin ningún tipo de opresiones ni injusticias.
Diana educadora popular, haciendo desde su cuerpo pedagogía de la rebeldía y del ejemplo. Acompañando a sus compañeras agredidas. Gritando a la policía que las maltrataba. Buscando caminos para denunciar la violencia sexual que viven las mujeres y travestis en situación de prostitución.
Diana doliendo los dolores de sus hermanas, de su gente. Pateando Laferrere, sus calles, sus boliches, sus rincones sórdidos. Levantando a las caídas. Sumando a las demás.
Diana feminista, comunista, abolicionista. Diana apasionada, viviendo intensamente sus amores. Cayendo en abismos insondables con las frustraciones cotidianas.
Diana, travesti, indígena, descolonizando su cuerpo y recreando su autonomía. Diana Sacayan. Amancay. Flor amarilla, azucena, salpicadita de rojo, como la sangre que escapó de tu cuerpo humillado y violentamente asesinado.
Pasa el tiempo y te seguimos extrañando, camarada de caminos. Te buscamos en las marchas, y pedimos… no pedimos, exigimos justicia ante el travesticidio infame, inhumano que terminó con tu vuelo.
Se acerca el día en el que se podría condenar a los autores de la cruel matanza. Ahí estaremos, porque sabemos que si tocan a unx tocan a todxs. Y porque la brutal muerte, fue el único modo de interrumpir
tu vuelo.
Vos, bella Amancay, mariposa de ojos negros, comenzaste a caer. Y seguís cayendo. Pero también, te seguís levantando. Volás entre nosotras, Diana hermana de tanto andar. Andás pintando las paredes con
los colores que exigen justicia. Ahora pintamos mariposas en las paredes, Diana. Y escribimos justicia para vos. Escribimos: Basta de travesticidios. Ni una menos.
A volar, mariposa compañera. Amiga de sueños. Escultora de cuerpos libres. Diana Sacayan.