Notas de interés
De la universidad de las «élites» a una universidad de los trabajadores
1 | mayo | 2017Hasta la década del 40 la Argentina mantenía una tradición universitaria caracterizada por su nivel teórico y de acceso restringido a las clases populares. Asistían a la universidad hijos de profesionales, o bien quienes pertenecían a las élites intelecuales, políticas y económicas.
El 17 de marzo de 1953 la Universidad Obrera Nacional abrió sus puertas. Se trata del primer esfuerzo sistemático para que los trabajadores accedieran a la enseñanza superior y corriéndose del paradigma académico clásico basado en el predominio teórico. De hecho «para ingresar a la U.O.N. era necesario acreditar título de técnico de fábrica o egreso de escuelas industriales del estado, aunque se daba preferencia a los primeros», dice la Dra. Delia Teresita Álvarez de Tomassone en su investigación que tituló La génesis de una Universidad (1948 – 1962).
«La UON intentaba brindar respuestas adecuadas a los requerimientos sociales y económicos de la Nación. Se distinguía de la universidad tradicional por sus fines, su régimen de estudios y su íntima vinculación con el medio en que se desempeñarían sus egresados. La institución impartía estudios superiores técnicos a alumnos que trabajaran, por esto el horario de clases era vespertino y la modalidad teórico-práctica», explica Álvarez en su libro.
Según la autora, en ella se plasmó mucho de la ideología de Perón y su idea de «Comunidad Organizada» donde reafirmaba la convicción de que existe una sola clase de hombres, los que trabajan, y constituía un intento firme por poner a su disposición la ciencia y la cultura.
En septiembre del ´55 se produce el derrocamiento de Perón traccionado por el Ejercito en complicidad con distintos sectores de la burguesía nacional. En el ámbito educativo, la llamada «Revolución Libertadora» inició una total revisión de las políticas que caracterizaron la época anterior. Sus objetivos fueron corregir el rumbo impuesto por Perón y proporcionar un nuevo marco legal a las instituciones educativas existentes.
No obstante los alumnos y docentes de la UON desplegaron planes de acción en defensa de su universidad. No fue hasta 1959 que pasó a llamarse Universidad Teconológica Nacional, conjuntamente con la creación del Consejo Nacional de Educación Técnica.
Pese al cambio de nombre, la resistencia de estos sectores consiguió que la UTN mantenga el espíritu de la UON: «Los fines de la UTN, eran la preparación de profesionales en el ámbito de la tecnología, con una formación cultural y humanística que los habilite para desenvolverse en los planos directivos de la industria y la sociedad».
A la vez: «promovería el mejoramiento y desarrollo de la industria nacional mediante tareas de investigación, asesoramiento, organización y dirección. Era imprescindible para el cumplimiento de estos objetivos, un estrecho contacto con la industria y las fuerzas económicas del país, con las demás universidades y otros organismos culturales y técnicos», escribía la Doctora Álvarez de Tomassone.
Escuchá el siguiente especial de La Tecno por el 1° de mayo, con una entrevista exclusiva a Carlos Cabaleiro, delegado de los trabajadores de la UTN-FRA: