Economía

Otro año sin Zygmunt Bauman, el padre de la «modernidad líquida»

El sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman murió un domingo 9 de enero, en 2017, a los 91 años de edad en su casa de Leeds rodeado de su familia.

Bauman fue uno de los pensadores más influyentes del siglo XX y creador del concepto de modernidad líquida. Con su muerte, se fue uno de los intelectuales contemporáneos y sociólogos europeos más importantes de las últimas décadas, entre los más prolíficos y activos hasta los últimos momentos de su vida. Sus obras exploraron la fluidez de la identidad en el mundo moderno, el Holocausto, el consumismo, la globalización y hasta las relaciones amorosas.

Bauman estudió las estratificaciones sociales y las relacionó con el desarrollo del movimiento obrero. Después analizó y criticó la modernidad y dio un diagnóstico pesimista de la sociedad. Ya en los ’90 teorizó acerca de un modo diferente de enfocar el debate cuestionador sobre la modernidad. Ya no se trata de modernidad versus posmodernidad sino del pasaje de una modernidad «sólida» hacia otra «líquida». También se ocupó de la convivencia de los «diferentes», los «residuos humanos» de la globalización: emigrantes, refugiados, parias, pobres todos. Sus libros hablan de este mundo cruel y desigual.

Escribió más de 50 libros, especialmente Modernidad y Holocausto (1989) en el que se diferenciaba con muchos otros pensadores que veían la barbarie del Holocausto como un fracaso en la modernidad. Bauman consideraba los exterminios masivos de los judíos como el resultado mismo de tales pilares de la modernidad como la industrialización y la burocracia racionalizada. «Fue el mundo racional de la civilización moderna lo que hizo pensar al Holocausto», escribió Bauman.

En la década de 1990, Bauman acuñó el término «modernidad líquida» para describir un mundo contemporáneo en tal flujo que los individuos se quedan sin raíces y privados de cualquier marco de referencia predecible. Sus obras también exploraron la fragilidad de la conexión humana en estos tiempos y la inseguridad que crea un mundo en constante cambio.

«En una vida moderna líquida no hay vínculos permanentes, y cualquier cosa que ocupemos por un tiempo debe estar ligada libremente para poder desatarse de nuevo, tan rápido y sin esfuerzo como sea posible, cuando las circunstancias cambien», dijo Bauman.

Había nacido en 1925 en Poznan, Polonia, de donde debió huir junto a su familia hacia la Unión Soviética tras la invasión nazi en 1939. En 1968 tuvo que dejar la URSS tras ser expulsado del Partido Comunista y privado de su puesto de profesor en la Universidad de Varsovia durante una purga que marcada por al antisemitismo en que se hundió el régimen tras la guerra árabe-israelí.

Se instaló primero en Israel y luego en los Estados Unidos y Canadá. Finalmente recaló en Inglaterra donde desde 1971 dirigió el departamento de Sociología de la Universidad de Leeds hasta su retiro en 1990.