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Solid Rock: Grandes exponentes del rock en vivo

7 | noviembre | 2018

Judas Priest, Alice in Chains y Black Star Riders, encabezaron la segunda edición de este festival que detonó Tecnópolis.

Solid Rock

Por Matías Barrios

La tarde soleada y primaveral del domingo 4 de noviembre fue testigo de uno de los shows más importantes de heavy metal del 2018. Judas Priest, Alice in Chains y Black Stars Riders fueron los cabezas del festival junto con Helker y Humo del Cairo como los participantes vernáculos.

Luego de la participación de las bandas argentinas, el microestadio de Tecnópolis empezaba a tomar color con la cantidad de personas adentro cuando arrancó Black Star Riders, la nueva vieja banda: nueva porque no llega a 10 años desde su fundación. Vieja porque tiene integrantes consagrados y de larga trayectoria, como Jimmy de Grasso, de paso por Megadeth, el ex Thin Lizzy Scott Gorham y Damon Johnson. Con un set correcto en donde no faltaron los cover de Thin Lizzy, la banda se llevó la aprobación del público gracias a un correcto sonido que remitió al rock sureño de la década de 1970.

A las 20:30, subió al escenario Alice in Chains. Ya con el microestadio casi colmado, uno de los mejores productos de la fábrica de grunge made in Seattle, demostró una vigencia admirable sostenida con un sonido impecable. Mike Inez, Jerry Cantrell, Sean Kinney formaron una pared de sonido que si hubiesen hecho playback dejando audio de estudio no hubiesen sonado mejor. La
voz William Du Vall, el actual vocalista, no distaba mucho de la de Layne Staley (fallecido frontman de Alice, parte de la lista de rockstarnoventososfallecidos) por lo que cuando sonaron los clásicos como Man in The Box, Would? o Rooster lograban un clímax que, sólo por respeto a la investidura de Judas Priest, no diremos que fue lo mejor de la noche.

Su Majestad, el Dios del Metal

Firepower es el mejor disco de Judas Priest en años y seguramente será uno de los mejores discos del metal de este año. Las expectativas sobre esta nueva presentación de los británicos estaban, como no sucedía hace tiempo, no sólo en su historia y sus clásicos, sino además en poder escuchar los nuevos temas en vivo.

El comienzo del show fue con la potente Firepower, uno de los picos altos de la nueva producción de la banda. Una formación que, si bien ya está lejos de ser la clásica, no deja de tener una presencia como sólo las grandes bandas de rock de la historia la tienen. Si trazamos un paralelo con Alice in Chains, donde una solidísima formación musical sostenía a su vocalista, las todavía sorprendentes vigentes cualidades de Rob Halford son las que mantienen a Judas dentro del Olimpo del Metal.

Hubo aciertos en la lista como meter a No Surrender, tema del último disco con reminiscencias al glam metal de los 80 pegado a Turbo Lover, la canción más ochentosa de la banda. Al final una catarata de clásicos que arrancó con Freewheel Burning, pasando por Breaking The Law, Hell Bent For Leather (con la clásica entrada del Metal God al escenario sobre una Harley), cerrando como
acostumbra con Living After Midnight.

Párrafo aparte para la organización del evento: impecable, tanto en la entrada, en la estadía y en la salida. Un dato de color que lo refleja: en uno de los espacios de comida, una persona parte de la organización empezó a avisar “faltan 4 minutos para que arranque Judas”. Segundo más segundo menos, estaba en lo cierto.