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Editorial: Paramos, no nos paralizamos. Nos mueve la rebeldía

8 | marzo | 2018

Por Claudia Korol

8m

Este 8 de marzo vamos a realizar un nuevo paro internacional de mujeres, lesbianas, trans, travestis. Se trata de un paro contra la violencia del sistema patriarcal, colonial, capitalista.

Se trata de un paro en el que al mismo tiempo que detenemos las actividades productivas y reproductivas de la vida, marchamos por todos nuestros derechos, para defender los conquistados, y para lograr los que nos faltan.Algunas paramos utilizando la herramienta histórica de las trabajadoras, la huelga en los lugares de explotación, y otras a las que el sistema nos “paró” o nos precarizó, paramos del modo que podemos: gritando, haciendo asambleas para pensarnos y para organizarnos, mirando nuestras rebeldías históricas y colocándolas de cara al presente y al futuro.

Todas somos trabajadoras, todas somos cuidadoras de nuestras casas, de nuestras familias, y ahí este 8M también paramos, para visibilizar el trabajo doméstico no remunerado, no reconocido.

Paramos en las casas, paramos en los lugares de trabajo, y nos movemos para que se sientan las cadenas.

Nuestro paro tiene todos los colores de la rebeldía, y muchos modos de realizarse. No es el paro de la burocracia sindical que le pone un corralito a nuestras demandas. No es el paro de una empresa, o de una ciudad. Es un paro internacionalista, sin fronteras, sin límites para nuestros sueños.

Nuestro paro no tiene dueñas. Está hecho de muchas voluntades. Es una cita planetaria con la revolución de las mujeres, y esa cita está autoconvocada. Entonces no vale decir: no llego porque no me invitaron, porque no me nombran, porque no me pintan. Cada una de nosotras, y en colectivo, nos nombramos, nos pintamos, nos autoconvocamos.

No reconocemos maternajes ni grupos de poder en este llamado al encuentro. Cada cual para en las calles o en las plazas, o en las escuelas, o en los lugares de trabajo. Nuestro paro no tiene un solo territorio, sino múltiples posibilidades de expresión.

Paramos por todas nuestras muertas, por las asesinadas por cuidar los territorios, por las asesinadas por ser mujeres, o travestis, o lesbianas, o trans. Paramos por las muertas en abortos ilegales. Pero sobre todo paramos por las vivas.

Paramos por nosotras, y por nuestras hijas, y por todas las que vendrán. Para detener esta ola de terror, crimen y miedo con el que pretenden no pararnos sino paralizarnos.

No nos vamos a quedar paralizadas por el miedo, ni por los egoísmos, ni por las muchas maneras posmodernas de fragmentarnos, que tantas veces reproducimos en nombre de la pureza de nuestros actos.

Nosotras paramos impuras, paramos en colectivos, paramos con conciencia de que para detener la ola conservadora es imprescindible que crezca la marea feminista, arrastrando todos los palos y piedras que nos tiran hace siglos.

Paramos porque no nos sirven los pequeños refugios de precario confort. Paramos porque somos y ejercemos poder cuando multiplicamos nuestras fuerzas y no cuando las dividimos.

Paramos por todas y por cada una, incluso por las que no paran, porque no creen o porque descreen.

Paramos porque vivas y libres nos queremos, y porque rebeldes y en las calles nos amamos.