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Waldo Ansaldi: “Proponemos volver a pensar América Latina desde América Latina”
30 | septiembre | 2016Una de las voces más reconocidas a la hora de pensar la región, Waldo Ansaldi cuenta, en diálogo con Nodal, de qué se trata la Maestría en Estudios Sociales Latinoamericanos y menciona la urgencia de desarrollar una pensamiento autónomo para comprender las realidades locales.
Por Cecilia Escudero, de la redacción de Nodal U
Científico social híbrido dedicado al análisis sociohistórico crítico de procesos políticos de larga duración, Waldo Ansaldi es además director de la Maestría en Estudios Sociales Latinoamericanos (Mesla), de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Dirigida a estudiantes de toda la región, abrirá la inscripción para su tercera cohorte los primeros días de diciembre.
En esta entrevista con Nodal U, Ansaldi revela que el principal desafío de la maestría es “volver a pensar América Latina desde América Latina”, y sobre esta base contribuir con la producción de conocimiento que aborde las especificidades de la región con una mirada propia.
¿Qué motivó, en 2011, la creación de una maestría en estudios latinoamericanos?
La maestría fue pergeñada luego de una serie conversaciones entre colegas latinoamericanistas interesados en promover estudios sobre la región, los cuales estaban curiosamente ausentes en la UBA, y muy poco presentes en el resto de las universidades del país. En un contexto de fuerte presencia de América Latina en el plano internacional, nos pareció que era impostergable que la UBA tuviera un espacio de formación en estudios latinoamericanos. Una cuestión interesante que se presentó, y que no habíamos previsto, es la fuerte presencia de estudiantes latinoamericanos, no argentinos. En las dos primeras cohortes, la mitad de los maestrandos y maestrandas han sido o son de otros países de América Latina.
¿Qué aspectos positivos trae aparejado este hecho?
Resulta extremadamente beneficioso, entre otras cosas, porque favorece el intercambio de perspectivas de estudiantes que provienen no sólo de tradiciones universitarias sino también de tradiciones culturales y políticas diferentes, lo cual contribuye a un mejor conocimiento más allá de lo que los libros puedan decir. En un país tan poco latinoamericano como Argentina, en realidad tan porteñocéntrico, es realmente un plus que estamos aprovechando y viendo la forma de potenciarlo. Sobre esa base impulsamos la continuidad de la maestría con el fin de contribuir a la formación de conocimiento sobre la región. Y la forma más visible de hacerlo son las tesis de los estudiantes al final del posgrado. El criterio rector es que los alumnos realicen esta investigación sobre un país distinto al de origen. O, si su tesis es sobre algún tema de su país de nacimiento, que a la vez esté formulada en clave comparada o paralela a otra nación de América Latina. Así buscamos darle un carácter latinoamericano al proceso de formación de nuevo conocimiento.
América Latina ha experimentado profundos cambios sociales, políticos y culturales en los últimos quince años. ¿Qué desafío representa a la hora de generar marcos conceptuales para pensar la región?
Hoy hay muchos instrumentos para analizar el tiempo presente. En realidad, el principal desafío es volver a pensar América Latina desde América Latina, algo que fue característico de nuestras Ciencias Sociales en los años 50, 60 y 70 del siglo pasado, y que después se fue perdiendo. En general, hay un fuerte dominio del pensamiento de los autores anglosajones, y está claro que no ayuda a comprender mejor la especificidad de nuestros países. Nos proponemos trabajar con autores latinoamericanos. Es una tarea ímproba porque en muchos casos hay que romper con una especie de coraza que se registra en la formación de los últimos años. Sin embargo, otros colegas de la región también llevan a cabo esta tarea. Todos coincidimos en apuntalar esta tendencia. De hecho, a raíz de una convocatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México, en marzo de este año comenzó a constituirse lo que pretendemos sea una red latinoamericana de estudios de posgrados sobre la región.
Mencionó que Argentina es un país poco latinoamericano ¿cómo lo explica? ¿cómo afecta a la integración regional?
Precisamente, uno de nuestros principales objetivos es contribuir a un proceso de integración latinoamericana, y por eso insistimos que la integración se crea desde abajo, debe consolidarse a nivel de la sociedad, de los pueblos. Porque si es a nivel de los Estados o de los gobiernos el resultado es la Unión Europea. Que sea una tarea difícil no la hace imposible ni mucho menos constituye una excusa para renunciar a ella. Los últimos grandes proyectos de integración latinoamericana datan de la década de 1860, con los planteos y propuestas de Francisco Bilbao, José María Torres Caicedo o Julio Arosemena. Cuando en el último tercio o cuarto del siglo XIX las colonias españolas y portuguesas tendieron a constituirse en Estados nacionales claramente diferenciados, la idea de integración sufrió un impase. El tiempo no hizo más que acentuar este proceso a veces teñido por conflictos bélicos de cierta envergadura. Actualmente, muchas veces se observa una retórica oficial favorable a la integración y una práctica que si no desmiente al menos pone en cuestión ese discurso. Por eso digo que hay que insistir que la idea de integración pasa por la base. Esto ya lo dijo Bilbao, no estoy planteando nada nuevo. Me parece que la maestría, con esta conformación de estudiantes de diferentes países, puede realizar un aporte en este sentido. Para Argentina el desafío es todavía mayor porque, durante décadas, el país se creyó una extensión de Europa en territorio americano. Es cierto que algo tiende a cambiar en los últimos años, pero para mi gusto falta mucho.
Fuente: Nodal