Viernes 19 de Abril del 2024

Notas de interés

Oaxaca. Volamos con las alas rotas

23 | junio | 2016
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Por Claudia Korol.
Aprender a volar bajo los golpes, entre las ruinas de la utopía libertaria, contra los vientos conservadores que lastiman las miradas del mundo.
Aprender a volar, entre los hermanos y hermanas masacrados en Curuguaty, Paraguay, en Oaxaca, México, en el Río Gualcarque, Honduras, en Eldorado dos Carajás, Brasil, en Bagua, Perú, en todos los rincones de Colombia, en el Puente Pueyrredón y la. Distintos nombres para una guerra no declarada contra los pueblos. Distintas geografías en las que se escribe nuestra memoria de luchas por las tierras, por las aguas, por el derecho a vivir en paz.
Aprender a volar, sobre las cárceles en las que encierran a quienes no entran en su orden y en su obediencia debida, en su obediencia de por vida.
Aprender a volar, entre nuestros fantasmas con alas rotas, entre las sombras de nuestras revoluciones olvidadas, en las tormentas de tanto golpe de estado revivido.
Aprender a volar y volar. Abrazarnos a la vida. Recordar el ABC de los piquetes, de las ollas populares, de las huertas comunitarias.
Volar con las indicaciones de los viejos poetas como Armando Tejada Gómez, que en el Canto popular de las comidas nos decía sencillito: “mi abuela, que era criolla, le echaba amor a la olla”. Echar amor a la olla popular, en estas jornadas en las que el dolor atraviesa los cuerpos, y lo nombramos con las voces de lxs maestrxs de Oaxaca, de Chiapas, de Michoacán, con la búsqueda incansable de lxs familiares de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa. Echar amor a la olla popular, en estas jornadas que compartiremos en la Estación Dario y Maxi, sintiendo que recuperamos energia y fuerza de su ejemplo. Echar amor a la olla, cuando nos llegan las voces que nombran Curuguaty, a los masacrados, y a los presos campesinos que siguen soñando volar libres sobre sus tierras.
Echar amor a la olla popular, y pensar en Berta, y en todos los espíritus libres que pueblan el Río Gualcarque en nuestra Honduras, cuando se aproxima un nuevo aniversario del golpe de estado, el primero de este siglo en el continente.
Echar amor a la olla y volar, con el coraje de las mariposas. Volar con Lohana, con Diana Sacayan, y andar con ellas el tiempo de vuelo y la altura que alcancemos. Escalar el dolor que nos aplasta, y lograr la altura necesaria para extender las alas rotas. Con el dolor y el duelo, reparar las alas, o atreverse a volar a pesar de las heridas. Aprender a volar en bandada, en grupo, enredadas en los vientos que creamos con nuestras risas.
Amor en las ollas populares, gualicho de mujeres brujas, de mujeres sabias, que salimos de las hogueras de todas las inquisiciones, con la libertad de sabernos dueñas de nuestras vidas.
Aprender a volar. Ejercicio de rebeldía. Lecciones de contragolpes. Acciones colectivas. Y en la olla popular, nuestra memoria, nuestra risa, nuestra libertad, nuestro dolor, nuestras esperanzas, cociéndose a fuego lento en el caldero. Y creando en ese lugar ancestral de la memoria, un nuevo tiempo, para todas. Para todes. Para todos también.
Claudia Korol, 22 de junio. Editorial de Aprendiendo A Volar