Actualidad
Un grito poderoso: ¡Nunca más!
7 | octubre | 2016
«Cuando la impotencia no te deja pensar, cuando la rabia no te deja escribir, cuando el dolor no te deja llorar, las fotos se vuelven gritos, ante los dedos estúpidos que balbucean unas líneas, mientras los ojos escupen sobre el teclado. ¿Saben cuántos años tiene, Ezequiel Villanueva Moya? No hay razones, ni a derecha, ni a izquierda, ¡15 años tiene, cagones de mierda!», escribía La Garganta Poderosa hace apenas dos semanas, cuando Ezequiel e Iván, de la villa 21-24 sufrieron una cruda persecución, donde «los golpearon para subirlo al patrullero, los verduguearon en la garita, los encapucharon, los esposaron a un poste, los forzaron a realizar flexiones de brazos, les pegaron en la espalda, les contaron las zancadillas, los apalearon en la cabeza, los quemaron con cigarrillos, les hicieron el simulacro de fusilamiento, los obligaron a rezar el Padre Nuestro, los encañonaron por la espalda«.
No suficiente este hecho -aberrante por donde se lo mire-, cuando Iván denunció en televisión este martes, cuando contó cómo lo torturaron más de diez prefectos a la orilla del Riachuelo, al volver al barrio fue esa la misma Prefectura que lo estaba esperando y lo volvió a correr, a perseguir, a amedrentar.
Afortunadamente el hecho no quedó ahí. Y ayer, un sin numero de organizaciones sociales, territoriales, referentes, amigos, familiares, conocidos, vecinos, Norita, Verbitsky, Orieta, Korol, Pimentel, se acercaron al corazón de la villa 21-24, para abrazar a Ivan, y a Ezequiel y a cada pibito y pibita que todos los días son perseguidos por pobres, por villeros, porque nos quieren hacer creer que quienes están en peligro, son peligrosos.
Un grito fuerte se escuchó en Iguazú y Osvaldo Cruz: ¡Nunca Más! y la Prefectura tuvo que correr de su cargo a siete oficiales que estaban de servicio esa noche.
Nota: Melissa Zenobi
Edición de audio: Fernando Pérez
