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Actualidad

Todas las Higuis

16 | junio | 2017
Unas puertas se abren y ella sale. Camina unos pasos y levanta vuelo. Se llama Higui. Así se nombró. Con el nombre del jugador de fúbol que la ayudó a pensar el juego como propio. Higui. El tipo que respondió con un gesto tierno. Cuando supo de su prisión, se dibujó el nombre en un cartón, se lo puso sobre el pecho, y le agregó la palabra imprescindible: “Libertad”.
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Higui ahora camina en libertad. Aprende de nuevo a nombrarse libre. Aprende a decirse con orgullo lesbiana. Y aprende a nombrarse en colectivo. Porque fuimos miles de mujeres y lesbianas, en todo el país, las que la llamamos desde las calles, las que reclamamos su presencia, las que dijimos que “Todas somos Higui”.
Miles de mujeres repetimos el gesto de Higui, porque cuando decimos “ni una menos”, “ vivas nos queremos”, estamos hablando de nuestro derecho a defendernos. Y si nos defendemos, es que todas somos Higui. Si es verdad que “si tocan a una, tocan a todas”, y entonces todas respondemos, todas nos defendemos, todas paramos el golpe; es que estamos ejerciendo nuestro derecho a decidir sobre nuestro territorio cuerpo. Eso, o algo así como eso, es autodefensa feminista. Aprender a parar el golpe, y en lo posible, hacerlo juntas.
La libertad de Higui es un paso para la libertad de todas. Porque ¿Cuántas mujeres siguen presas en las cárceles, desde ese día en que no aguantaron más? ¿Cuántas mujeres siguen presas en sus casas, por no atreverse a enfrentar a los violentos que las tienen subordinadas? ¿Cuántas han sufrido y sufren en sus cuerpos, las marcas de la llamada “violencia correctiva”, que no es otra cosa que el odio del patriarcado a las lesbianas, y a quienes huyen de la héteronorma como de la peste?
Si Higui somos todas, ahora todas las Higuis tenemos que salir por todas las mujeres presas por defenderse de la violencia patriarcal, machista, misógina, lesbofóbica, capitalista, colonial, que llena las cárceles de mujeres pobres, de lesbianas pobres, de travas pobres… y por todas las mujeres prisioneras de la violencia machista.
Si Higui somos todas, ahora todas las Higuis tenemos que ser capaces de liberar a Milagro, y a todas las presas del revanchismo machista y racista que nos desgobierna.
Si Higui somos todas, ahora todas las Higuis tenemos que hacer gambetas, y tirar la pelota más lejos, jugando nuestra revolución feminista en toda la cancha.
Estamos aprendiendo a volar. Aprendiendo con Higui a defendernos, porque nuestros cuerpos territorios no se tocan, no se violan, no se matan. Y volando iremos a buscar a todos los violentos violadores, a todos los violentos femicidas, a todos los fiolos violentos. Porque “a donde vayan, los iremos a buscar”.
Es nuestra hora. Lo dijo Lohana, nuestra comandante mariposa. “La revolución es ahora, porque a las cárceles no volvemos más”.
A los violadores y femicidas, la cárcel ya. Para Higui y para todas, ¡las libertades, ya!
Por: Claudia Korol